Con la aprobación de la ley de Creación y Crecimiento empresarial ya no será necesario contar con un capital de 3000 euros y en un plazo de 10 días se podrá montar la empresa gracias a la tramitación telemática
En la mañana de ayer, martes 27 de julio, se aprobó el anteproyecto de ley de Creación y Crecimiento empresarial. La finalidad de esta ley es reducir obstáculos a los emprendedores que deseen montar una empresa, así como favorecer el crecimiento del tejido empresarial y luchar contra la morosidad a través de la creación de una serie de medidas.
Así pues, de acuerdo con el Gobierno, a partir de 2022, quien desee abrir un negocio solo necesitará un euro y todos los trámites los podrá realizar de forma telemática de tal manera que en unos pocos días, no más de 10, tendrá constituida su empresa. Para esta nueva digitalización y para reducir los plazos, se van a reforzar los mecanismos para la creación ágil (CIRCE) y a abrir puntos de atención al emprendedor.
Además, otras medidas estrellas de este anteproyecto son la promoción del uso de la factura electrónica entre empresas y autónomos y la puesta en marcha de incentivos para cumplir con los plazos de pago efectivos entre empresas. La finalidad de dichas medidas es reducir el riesgo de impagos. Hay que recordar que hoy en día el plazo legal de pago es de 60 días y que en numerosas ocasiones los empresarios tienen que aceptar plazos superiores para poder cobrar sus facturas.
Fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital ha explicado que lo que se pretende es una transformación de la cultura de la empresa española hacia el “pronto pago”, por ello será requisito indispensable cumplir los plazos de pago para acceder a subvenciones del Estado.
En relación a esto, se prevé la creación de un Observatorio de Morosidad que tendrá como objetivo recabar datos sobre periodos de pagos y analizarlos.
Por otra parte, el anteproyecto también amplía el catálogo de actividades económicas exentas de licencia y aborda medidas para diversificar las fuentes de financiación y potenciar la financiación no bancaria, como el micromecenazgo.
Esta iniciativa se enmarca en el Componente 13 de “Impulso a la Pyme”, incluido en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia remitido a Bruselas, cuya finalidad es mejorar la demografía empresarial y el clima de negocios, facilitar la creación y el crecimiento de empresas, impulsar el emprendimiento innovador y la digitalización, atraer talento y capital y reducir incentivos a crear empresas en otros países.
No obstante, hay que recordar que antes de que esta ley entre en vigor tiene que aprobarse de nuevo por el Consejo y por el Parlamento y eso no ocurrirá hasta finales de 2021 o principios de 2022.